El fútbol africano siempre ha aportado talento y potencia a los grandes campeonatos europeos. Numerosos clubs franceses, belgas y alemanes han acudido con frecuencia a sus escuelas de fútbol en busca de diamantes que, una vez pulidos, han triunfado o han sido traspasado, dejando notables beneficios económicos. El
FC Barcelona apenas había flirteado con este mercado a lo largo de su historia, pero en este momento también mira a África como apuesta y estrategia. Entre otras cosas, es más barato que el mercado brasileño, por ejemplo. El modelo a seguir es lo sucedido en el Barça Atlètic con
Mika Faye, central senegalés de 20 años que fue vendido el pasado verano al Rennes por 10,3 millones de euros un año después de que fuese comprado por 1,5 al NK Kustosija Zagreb. El club blaugrana se reservó un derecho de recompra por 25 millones de euros y el 30% de una futura venta de un jugador que pudo quedarse en el primer equipo de
Hansi Flick por su calidad. En el filial azulgrana hay cuatro africanos más.
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