Gracias a Dios llega el parón liguero. El
Espanyol dispone de casi tres semanas para replanteárselo todo y tomar las decisiones que considere oportunas para enderezar un rumbo liguero cuando menos inquietante. Ya sea un hipotético relevo en el banquillo, con pocas trazas de llevarse a cabo en estos momentos, ya sea reforzar la plantilla en sus puntos débiles, aunque en cualquier caso no sería en todos porque son muchas las vías de agua de este vestuario.
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