No son solo los 92 títulos ganados en 23 años. Ni los 22 Grand Slam; 14 de ellos Roland Garros, o el oro olímpico de Pekín, los dos Wimbledon, dos abiertos de Australia o los cuatro Open USA, ni haber sido número uno o las cinco Copas Davis o el oro de Río de Janeiro en dobles. No solamente haber sido considerado como el mejor tenista de la historia en tierra batida y uno de los más grandes de siempre que compartió una trilogía mágica con
Federer y
Djokovic que relanzó el tenis a otra dimensión.
Rafael Nadal Parera, 38 años, jugó el último partido de su excepcional trayectoria en Málaga como parte del equipo español de la Copa Davis y ha dejado un legado extraordinario.
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