No es para nada un secreto que
el Gobierno de Estados Unidos se encuentra en una cruzada contra China a nivel comercial. Con el objetivo de aplicar una política económica proteccionista de sus productos, las autoridades americanas están imponiendo todo tipo de trabas a los vehículos de origen asiático con el fin de potenciar la producción local. En este punto de la película,
Estados Unidos ha iniciado una nueva batalla contra los coches y motos conectados por los riesgos que pueden suponer para la seguridad nacional y los ciudadanos.
Seguir leyendo...