Un
Real Madrid de nuevo desastroso firmó la primera derrota de la temporada ante el
Lille tras 36 partidos oficiales consecutivos invicto
y evidenció de paso que su crisis de juego es cada vez más profunda. El conjunto francés, uno de los más asequibles de la competición sobre el papel, desnudó todas las carencias de los de
Ancelotti, extraviados de principio a fin en
Lille. El cuadro blanco entró mal al partido, se complicó la vida por culpa de un penalti estúpido de
Camavinga antes del descanso y en la segunda parte no encontró remedio a todos los males que sufre, que no son pocos ni menores.
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