Esta vez celebró Colombia. Esta vez toda la bronca fue de Argentina. Es real: no se puede comparar. La escena inversa se había dibujado hace menos de dos meses en la final de la Copa América de Estados Unidos. Este partido no tiene la misma trascendencia, por supuesto. Es un encuentro de Eliminatorias Sudamericanas. Sin embargo,
James Rodríguez y compañía lo disfrutan porque tiene muchos significados: un poco de revancha (aunque no sea lo mismo), la consolidación hacia el Mundial 2026 y la certeza de que el camino elegido por el DT
Néstor Lorenzo es el correcto. No cualquiera le gana a la Scaloneta.
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