Casi
tres cuartas partes de la población mundial pueden sufrir fuertes y rápidos cambios en las temperaturas extremas y las precipitaciones en los próximos 20 años,
a menos que se reduzcan drásticamente las emisiones de gases de efecto invernadero. Los expertos ya llevan años anunciando el punto de no retorno, ya superado, y todavía insisten en la importancia de hacer
cambios drásticos lo antes posible.
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