El
Real Madrid guarda silencio sepulcral de puertas hacia fuera sobre el terremoto provocado por las declaraciones de
Vinicius Junior en las que plantea que el
Mundial de 2030 debería cambiar de sede si España "no evoluciona" contra el racismo. Las explosivas palabras del brasileño, eso sí, no han sentado nada bien en el club blanco, que espera que con la vuelta del parón el ruido que rodea al jugador aminore y las aguas vuelvan a su cauce.
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