El Barça tenía tres prioridades en el actual mercado de verano para equilibrar su plantilla. Un mediocentro, un extremo izquierdo con desequilibrio y la continuidad de Cancelo como lateral. Los objetivos estaban claros y no se ha conseguido ninguno. Cero de tres. Y además se ha ido Gündogan porque “después de una reunión con Flick, decidió que quería irse”. Así lo contó ayer Laporta. Total, que de lo planificado a lo que se ha podido hacer, es lo del huevo y la castaña. Eso sí, han llegado Dani Olmo y Pau Víctor. Perfecto. La cantera hará el resto, mejor aún. A partir de ahí, podemos contar las cosas como más le convengan al Barça y, en especial, a un Presidente que ya destila un cierto talante preelectoral. Así lo evidenciaron sus continuos halagos al socio, sus críticas a “a las proclamas catastrofistas que algunos pronosticaban” y sus ataques al Madrid.
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