Ante la dureza extrema que les esperaba a los ciclistas en el
ascenso final a Cuitu Negru, a 22 kilómetros de meta P
rimoz Roglic frenaba y se bajaba de su bici para cambiarla por otra que llevara un único plato, con el objetivo de subir mejor las paredes imposibles del coloso asturiano que les esperaba más tarde.
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