"11º es mejor de lo que esperábamos", dijo
Fernando Alonso. Lo volvió a hacer. El asturiano maximizó todo el potencial de su
Aston Martin y no se dejó ni una milésima por el camino. Y con un coche que no estaba para Q3 en la sesión de clasificación del GP de Italia, rozó el milagro:
se quedó a solo 10 milésimas del tiempo de corte para meterse entre los 10 mejores. Todo ello, con un monoplaza con el que Lance
Stroll solo pudo ser 17º. No podía hacer más.
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