Aunque la mayoría de desayunos, comidas, meriendas y cenas que hacemos a lo largo del día son en nuestra casa, lo cierto es que sea por falta de tiempo, por decisión propia o por cuestiones de horario
hay veces que tenemos que buscar otras opciones. En casa todo está a nuestro gusto, poca queja podríamos tener. Pero la cosa cambia
cuando vamos a comer fuera.
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