La criba de las dos primeras rondas infunde cierto respeto a los principales favoritos, porque entrar en un Grand Slam nunca resulta fácil y menos en el
US Open, cuando las fuerzas ya no son las del inicio de temporada y además se han disputado unos Juegos Olímpicos entre Wimbledon y la cita de Nueva York, encadenándose la hierba, la tierra de Roland Garros y la dura norteamericana.
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