Jugar con un chaval de 16 no es normal, en el fútbol profesional. Menos aún en la élite. Y
Lamine Yamal no solo fue titular en el Barça de
Xavi, sino que fue el mejor jugador de la temporada, por más que ahora se le quiera dar este honorífico título al fugado
Gündogan. Convertir a dos chicos de 17 años en indiscutibles, como hizo
Xavi con
Cubarsí y
Lamine Yamal, es menos normal todavía. De tanto verlos y, por su buen rendimiento, a menudo nos olvidamos de su edad. Lo de
Cubarsí, jugando de defensa, y expuestos como están los centrales en el Barça, podía haber sido una temeridad. Pero su forma insólitamente precisa de sacar el balón jugado no solo mejoró el funcionamiento de todo el equipo sino que le llevó a la selección española. Si era muy raro jugar con dos jugadores de 17 años, hacerlo con tres, como está haciendo
Flick con
Cubarsí,
Bernal y
Lamine Yamal tendría que ocupar páginas en todos los periódicos del mundo.
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