El
Liverpool fichó a
Virgil Van Dijk en enero de 2018 previo pago de casi 90 millones de euros al
Southampton. Pocas veces una apuesta tan importante por un jugador sale bien. Pero este es uno de los casos. Con su presencia dotó de la seguridad que carecía la zaga. Empezó a hacer su trabajo y el de sus compañeros. Todos y cada uno de sus escuderos ha sido mejor a su lado. Por eso en
Anfield le quieren tanto.
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