Ha sido un placer pasar la semana grande en San Sebastián. Más allá de constatar lo ya sabido, como de bien celebran los vascos sus tradiciones y que ahí se come como en ninguna parte, una mera observación callejera permite afirmar que, en pocas ciudades, se ve tanta gente con la camiseta del equipo local por la calle. La azul y blanco de la Real Sociedad está por todas partes, la visten niños y no tan niños, con el nombre de sus distintos ídolos en la espalda. A diferencia de lo que ha pasado este verano en Barcelona, donde he contado más camisetas blancas de
Mbappé y elásticas de la Roja (con el 19 de
Lamine Yamal) qué del Barça, en Donostia se vive con mucho orgullo la pasión por su equipo.
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