Todo empezó un 3 de agosto de 2012 con una final de los 800 libre de los Juegos Olímpicos de Londres. Aquella joven de 15 años imprimió un ritmo demoledor a la final, en la que todas sus rivales esperaron al momento en el que se pudiera desfondar. Bien lo sabe Mireia Belmonte, flamante plata en aquella ocasión tras una carrera estratégicamente perfecta.
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