Conciliar la carrera deportiva de élite con la vida familiar ha sido una reclamación habitual, cada vez más poderosa y necesaria. Las madres-deportistas no deberían tener que superar aún más obstáculos que los de una preparación de altísimo nivel, pero la realidad dice lo contrario, y muchas veces han alzado la voz para denunciarlo. Y aún así, o seguramente por su carácter luchador y mentalidad preparada para superar adversiddes, la mamá deportista se convierte en una campeona excepcional. Hay casos palmarios, en España (Maialen Chourraut, Teresa Portela, Ana Peleteiro) y fuera (Shelly-Ann Fisher Fraser Pryce, Naomi Osaka, Clarisse Agbegnenou, Allyson Felix). Esta ultima, la mujer con más títulos mundiales de la historia del atletismo, es, ya desde fuera de las pistas, quizás la voz más persistente ocupada en arreglar la situación de las madres deportistas. Y la inspiradora de una medida innovadora que se estrena en estos Juegos: una guardería en la Villa de Atletas.
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