En la temporada concluida con el regreso a Primera división,
Martin Braithwaite fue el máximo goleador del equipo y también de Segunda (22). Se trataba del jugador con más nivel de la plantilla y, además, aceptó de buen grado ejercer como uno de los grandes y necesarios líderes del vestuario para mantener la confianza en lograr el objetivo en los momentos en los que éste amenazó con escaparse.
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