Susto en la pista central. El número uno mundial, el italiano
Jannik Sinner, pidió la asistencia sintiéndose mareado. Aparecieron a la carrera el médico y el fisioterapeuta, que se llevaron al jugador al vestuario después de medir el oxígeno en sangre con un Pulsioxímetro, comprobando las constantes del deportista.
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