Cuando empezó la presente campaña de la NBA,
Jason Kidd tenía en mente tres objetivos principales para sus
Dallas Mavericks. El primero era colectivo, construir hábitos de campeonato, y el segundo y el tercero se centraban en la figura de su principal estrella y referente, el siempre fascinante
Luka Doncic. A pregunta de Mundo Deportivo, el entrenador señaló que los texanos iban a incidir especialmente en el
aspecto físico y mental del juego, dos de las pocas pero a la vez notables taras del astro esloveno.
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