Desde niña tuve el sueño de trabajar en la Organización de las Naciones Unidas, para colaborar con personas con la visión de resolver asuntos a nivel global.
Cuando era estudiante de la carrera en Monterrey, colaboré en la realización de un Congreso de Valores y Derechos Humanos, manteniendo comunicación con conferencistas que daban a conocer las situaciones de los refugiados a nivel mundial.
Algunos años después me comuniqué a Nueva York con Rosario Green, quién fue la primer mujer canciller en México, que estaba a cargo de la Subsecretaría de Asuntos Políticos bajo la administración del Secretario Butros Butros-Ghali de la ONU, de forma muy atenta y motivante, me mandó con una diplomática de UNICEF de México a una entrevista.
Conforme pasó el tiempo, tomé conciencia que el conocimiento va de la mano de la espiritualidad, con el fin de poder llevar a cabo cambios íntegros.
Y la misma vida me puso en situaciones muy difíciles, al ser cuidadora de mi madre con un cáncer terminal; desarrollé la fortaleza y la resiliencia para enfrentar situaciones, que de otra manera, no habría podido.
Actualmente llevo varios años estudiando la kabaláh y sé que no hay casualidades, la sincronía que la vida presenta nos lleva a las situaciones que nos preparan.
No existen los obstáculos, nosotros los creamos, es elemental transformar los obstáculos en oportunidades, tomar la adversidad como un medio para crecer, sin ofrecer resistencia.
El tomar conciencia, que el mundo material es el 1 % y el mundo espiritual es el 99%, siendo éste último, el que maneja al mundo material del 1%.
El saber la trascendencia de las acciones, al comprender que la naturaleza y la intención de nuestras decisiones determinarán el resultado final de un proceso.
La sincronicidad mencionada por el Dr. Deepak Chopra en sus libros y conferencias, nos lleva a comprender la manera en que conecta el universo y la forma en que todo está relacionado.
La energía que somos viene en gran parte de nuestros alimentos y debido a las prisas nos alimentamos de alimentos procesados, comida chatarra, comida vieja, es decir, comida que tiene mucho tiempo guardada en el supermercado, con una fecha de caducidad que puede durar incluso varios años.
Desde ahí ya estamos creando una energía que afecta nuestros pensamientos, cambiando de forma radical la manera de ver el mundo.
Uno atrae lo que uno es..
En su libro Relaciones, Yehuda Berg hace mención que los similares se atraen, entre más similar seas a una persona, más serás atraído.
Y a su vez, la forma como manejamos nuestras relaciones con los demás, es decir, el trabajo, la familia, la pareja, es la forma en que nos relacionamos con nosotros mismos.
Para concluir, este año que termina, volteemos a ver al niño o niña interior que llevamos dentro, recordemos los sueños que tuvimos y al recordar, nos iremos directamente a los motivadores de nuestra alma.
Esos sueños nos llevarán al futuro correcto de nuestra vida...
Y si no nos gusta nuestra vida…
Cambiemos de perspectiva....