Que quien da y quita con el Diablo se desquita. Y eso le queda como anillo al dedo a la actual administración de Gómez Palacio, que lejos de encabezar una auténtica transformación está exhibiendo su mezquindad y revanchismo político. La historia es la siguiente: la ambientalista Gladys Aguirre fue postulada por un grupo de la sociedad civil para recibir el premio de ciudadano distinguido. De hecho, a través de una llamada telefónica se le informó que había sido merecedora de tal distinción, pero días después, de la administración, también, le dijeron que siempre no, lo que a todas luces es una falta y refleja una carencia total de educación, por decir lo menos. Según las asociaciones ambientalistas hubo mano negra y todo parece indicar que detrás de esa impertinente decisión está un personaje muy obtuso: el síndico Omar Castañeda.
Por supuesto, luego de esta grosería a la ambientalista, las asociaciones le van a hacer vacío a las propuestas del municipio, porque es evidente que aquí hubo “mala leche” y ni pizca de inteligencia. Tache mayúsculo para quien permitió tamaña tontería.
Que en Coahuila están contentos por la respuesta de la población a la política de trasplantes que se está implementando en la Secretaría de Salud y tras la realización exitosa de 8 procuraciones de órganos en las instalaciones del Hospital General de Saltillo, el Secretario de Salud Roberto Bernal Gómez, dijo que actualmente siete de cada 10 coahuilenses están a favor de apoyar esta causa, a través de la cual se ha logrado beneficiar a cerca de 800 coahuilenses.
Que sin embargo, aún existe entre la población desconocimiento del tema y no existen suficientes donadores, por lo que sigue siendo necesaria la difusión y apoyo para que esta nueva cultura sea abordada en familia y en las áreas laborales, a fin de que sean cada vez más los que logren sumarse a esta alternativa altruista que permite salvar vidas.
Que tal parece que el agua es un tema que a nadie tiene contento. En Gómez Palacio se ha levantado una enorme molestia en torno al director del Sideapa, René Galindo. Y es que se dice que la ineficiencia con la que trabaja era de todos conocida, aún antes de tomar el puesto.
Sin embargo, la alcaldesa Marina Vitela tuvo que nombrarlo director por imposición de quien se dice que en verdad manda en Gómez Palacio, su síndico Omar Castañeda, otra vez. Y es que este último es íntimo amigo de René a quien le debe favores por su pasado en el PRD, de donde René era dirigente.
A la alcaldesa no le queda de otra más que aguantar las críticas y someterse a lo que su síndico le indique.
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