Alonso Lujambio, quien fuera secretario de Educación en el gobierno de Felipe Calderón y senador de la República, dijo en plena lucha contra el cáncer:
“Solía ser un tipo que tenía mucha prisa y esa prisa creo que no le hace bien a nadie. Quisiera más parsimonia, un poco más de buen juicio y lograr las cosas de otro modo, con más tranquilidad y menos sentido de urgencia loca que finalmente no sirve para nada y afecta la posibilidad de que seas eficaz”.
Lamentablemente, Lujambio perdió la batalla contra esta enfermedad, de otro modo hoy creo que al menos habría sido del presidente del Partido Acción Nacional o candidato a la Presidencia de México.
En nuestras vidas a veces perdemos la noción de lo que es verdaderamente importante. El tiempo es un recurso no renovable. Las únicas personas que nos acompañan en nuestro andar son muy pocas, en la mayoría de los casos es nuestra familia.
En otras, personas que sin serlo decidieron estar ahí siempre.
Puedes tener el trabajo más importante del mundo, pero “un hombre que no dedica suficiente tiempo a su familia, nunca será un hombre de verdad”, como lo inmortalizara la película “El Padrino”.
Siempre he pensado que este país sería otro si todos nos aseguráramos de que nuestra familia o nuestro entorno cercano fueran siempre personas de bien.
Estas fechas nos sensibilizan y nos acercan a todos y qué bueno, porque nos hace mucha falta. Más allá de la religión o de lo que sea que nos divida, hay que privilegiar lo que nos une.
Escribo estas líneas solo para pedirles que, por favor, aprovechen estos días para convivir con sus familiares, amigos, compañeros de trabajo, con todos. Los seres humanos tenemos que ser más humanos. Disfrutar de los nuestros y envejecer juntos es lo verdaderamente importante.
En las épocas buenas siempre habrá muchas personas alrededor, en las épocas de adversidad serán muy pocas, a ellas hay que valorarlas por sobre todas las cosas. Que lo urgente nunca le gane a lo verdaderamente importante. ¡Felices fechas a todas y todos! _
