Pese a su problema de tartamudez, Gerardo Castillo, originario de Tampico, Tamaulipas, logró su objetivo de ser orador.
Explica que él se percató que algo no estaba bien con su manera de hablar, cuando cursaba el cuarto o quinto año de primaria; situación por la que sufrió de bullying que lo llevó a ser un niño serio, callado y siempre alejado de los demás, era una forma de protegerse de las humillaciones y burlas ofensivas de sus compañeros.
“Yo nací así, sin embargo mis papas nunca se dieron cuenta; fue hasta años más adelante, cuando les comenté que tenía problemas para hablar y deciden llevarme con diversos psicólogos, pero nadie me pudo curar y me volví mucho más callado de lo que ya era”, explica.
Así pasó de psicólogo, en psicólogo, sin que nadie le diera una esperanza de mejora; cuando llega a la preparatoria, Gerardo compartió para MILENIO Tamaulipas que siempre supo lo que haría en su vida profesional, estudiar finanzas o administración, por ello se cambia de residencia al estado de Nuevo León, para cursar la carrera, donde se enfrenta a tener que exponer en clase de manera obligatoria.
Sin embargo, cada vez que tenía que pararse frente al grupo de compañeros y del maestro, se agudizaba el problema de tartamudez y no lograba dar la clase.
Con el avance de la tecnología, comenzó su búsqueda de ayuda y se encontró con una organización internacional, de la que ahora es parte (Programa McGuire), con ellos comienza su tratamiento, “en ese grupo me topé con personas de todo el mundo que igual que yo tenían dificultad para hablar, cada uno explica su experiencia y la manera en cómo lo han superado”, de esta manera se ayudan unos a otros.
Es formando parte de esta “familia”, cuando le nace el deseo de concursar en oratoria y pese a que hubo personas que le recordaron su problema del habla; nadie lo pudo hacer cambiar de opinión y el resultado fue, un primer lugar.
“Me ayudaron con técnicas y me inscribí a un concurso de oratoria, la verdad es que Mc Guire cambio mi vida, porque hoy en día puedo decir que vencí todos mis miedos y gané ese concurso”, refirió.
El joven tampiqueño, refiere que ese logro lo obtuvo tras toda una vida de lucha, pues considera que no solo fue el tiempo que dedicó en controlarse mental, psicológica y técnicamente; “yo creo que me preparé para toda mi vida, para poder vencer uno de mis principales obstáculos”.
Hoy en día, forma parte de un despacho y le es imposible seguir con esa actividad de hablar en público. “Ahora estoy estudiando la maestría en finanzas en el Itam y soy parte de un equipo de trabajo en un despacho contable”.
Hace un reconocimiento a sus padres, quienes fueron un pilar muy importante en cada una de sus decisiones y que posteriormente le ayudaron a cosechar éxitos.
GINS
