La era de Jorge Vergara al frente de Chivas estuvo marcada por altos y bajos desde que adquirió al equipo en el 2002, pero algo que la distinguió, fueron las constantes polémicas en las que el empresario se vio involucrado, tanto relacionada al tema deportivo como situaciones extra cancha.
Esta tendencia comenzó previo a que Guadalajara se enfrentara a Pumas en el Clausura 2004, donde se publicó un desplegado con la frase “nos pareció ver un lindo gatito”, generando la molestia del entorno universitario, pero en particular la del brasileño Ailton Da Silva, que esperó hasta el siguiente torneo, luego de una goleada de los auriazules sobre el Rebaño, donde mostró una camiseta con el mensaje “gatitos ni madres”, contestando directamente a aquel desplegado de Vergara.
En el 2009 protagonizó un capítulo en el tuvo que soportar de gran forma la presión de la afición, luego de que decidiera cambiarle el escudo a la institución; sin embargo, tras múltiples críticas, se terminó por respetar el histórico diseño.
Años después, para el 2013, la mala situación de las Chivas generó que Jorge buscara una solución en el extranjero, la que pensó encontrar con la contratación de Johan Cruyff, el cual llegó como una nueva esperanza, con ideas innovadoras para realizar una renovación en toda la estructura de la institución y regresar a la misma a los primeros planos de nuestro futbol.
El histórico ex jugador holandés llegó con Jhon van´t Schip para que este tomara el puesto de director técnico, ya que a consideración de Cruyff, contaba con la visión de su proyecto, lo cual le resultaba fundamental para afianzar el mismo.
Aunque, la estadía del los holandeses no duró mucho, ya que el dueño de los Rojiblancos solamente les tuvo paciencia nueve meses, después de que no consiguieron revertir los malos resultados de su equipo, esta decisión fue calificada por el empresario como “una decisión fatal, me vendieron a van’t Schip como si fuera Guardiola. Gasté 200 millones de pesos en refuerzos”.
Ante esto, años después, Cruyff destacó que “el principal problema de Chivas es su organización y su dueño, Jorge Vergara”.
Entrando en el tema de las contrataciones, sin duda es un rubro en el que Guadalajara ha sufrido bastante, ya que ha gastado mucho y recibido poco. Jugadores que en su momento eran importantes en la Liga, como lo fueron Jared Borgetti, Ángel Reyna, Carlos Peña, Juan Pablo Rodríguez, Rafael Márquez Lugo, Amaury Ponce o Luis Pérez, por mencionar algunos, han representado que a pesar de que Vergara ha realizado un esfuerzo importante por mejorar su plantilla, esto no siempre le ha resultado redituable.
Lo mismo queda plasmado en el margen de los entrenadores, ya que en sus 17 años como propietario del club, han pasado por el banquillo tapatío, un total de 27 estrategas, como José Manuel de la Torre, Hans Westerhof, Efraín Flores o Matías Almeyda, sumando a los interinos como Alberto Coyote. La destitución de algunos de estos se han visto marcadas por decisiones viscerales por parte del líder del Rebaño.
Fuera de lo deportivo, se puede recordar el pleito legal que mantuvo con su ahora ex esposa, Angélica Fuentes, quien ocupó la dirección ejecutiva de Grupo Omnilife, a la cual acusó de un supuesto fraude por 2 mil 650 millones de pesos, además de solicitarle el divorcio, lo que desencadenó que el equipo se debilitara económicamente.
El problema con su ex esposa sin duda dejó mal parada a la institución, que llegó al grado de no poder cubrir los primas estipuladas contractualmente por la consecución de títulos en el 2017, lo que provocó que los jugadores manifestaran su inconformidad, saliendo a un entrenamiento previo a la Final de la Concachampions ante el Toronto, con unas camisetas que portaban la leyenda “#DirectivaCumplanSuParte. Vamos por otro título, Afición y jugadores estamos juntos”, provocando otra situación complicada bajo su dirección, pero con sus jugadores.
