No debe haber nada más doloroso para una familia que el tener a un ser querido desaparecido. Durante años, los gobiernos federales y estatales fingieron buscar a los miles de desaparecidos que de acuerdo con el último reporte del Registro Nacional de Datos de Personas Extraviadas o Desaparecidas (RNPED) podría ascender a más de 40 mil en todo el país.
La grave crisis que enfrenta México ha orillado a las autoridades a modificar las leyes en nuestro país. En enero de 2018, entró en vigor la Ley General en Materia de Desaparición Forzada de Personas, creada por recomendación de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), así como por presión de las familias.
Jalisco, junto con Coahuila, Michoacán, Veracruz y Morelos, está entre los estados que han logrado un mayor cumplimiento a los criterios en materia de desaparición de personas, como lo es contar con una Fiscalía Especializada, tener una Comisión Estatal de Búsqueda, contar con leyes estatales e instalar un consejo ciudadano.
El caso de Jalisco no es ajeno a lo que sucede en gran parte del país, en donde se reporta la cifra histórica de 8 mil 173 desaparecidos, de los cuales mil 951 corresponde a personas que no han sido localizadas de diciembre de 2018 al 30 de septiembre de 2019, es decir, siete personas desaparecen en promedio cada día. Una tragedia.
Es de llamar la atención que las edades de los desaparecidos, fluctúa mayoritariamente, de los 20 a 34 años en hombres, y de los 15 a 24 años en mujeres.
Las familias reclaman trato digno por parte de los ministerios públicos, de los servicios médicos forenses y de todas las autoridades involucradas; además de que no se criminalice a sus desaparecidos. Hay que destacar que este gobierno federal y algunos gobiernos estatales por lo menos ya reconocen la gravedad del problema y han decidido, al parecer hablar con la verdad, ofrecer acompañamiento a familiares y colocar a las víctimas al centro de la grave situación.
En medio de la tragedia, hoy se vislumbra un rayo de luz que alumbrará lo suficiente cuando no exista una familia que sufra por la desaparición de un ser querido. ¿Eso es mucho pedir?
FB: Raúl Frías Lucio / Tw: @raulfriaslucio
