Hoy, con sobreinformación, datos e inmediatez, es importante el pensamiento crítico para analizar, comprender e interpretar el mundo.
Tenemos acceso inmediato a todo tipo de información, datos y personas a través de múltiples fuentes.
Por eso resulta más necesario que nunca tener pensamiento crítico y reflexivo, discernir entre lo cierto y lo falso, lo importante y lo superficial, las evidencias y las opiniones.
Todas las personas tenemos la capacidad de pensar, pero el pensamiento crítico es una habilidad que puede aprenderse, de la misma forma que aprendemos a escribir, a bailar o a cantar.
Ocupados con varias tareas a la vez, es difícil encontrar un rato en el que la mente se focalice solo en pensar.
Podemos establecer un momento del día para pensar de forma reflexiva, siendo conscientes de lo que está pasando por la mente, es importante crear un hábito y adquirir práctica.
Habrá que animarnos para nuevos descubrimientos, en el entorno más cercano o sobre ideas.
Proponerse actividades que inciten la curiosidad y el conocimiento. Verificar las fuentes que se consultan y la veracidad de la información que recibimos, diferenciar entre lo que está fundamentado y lo que no, entre conocimientos completos e incompletos.
Sobre todo, habrá que preguntar:¿cómo lo sabes? ¿por qué? Compartir dudas y puntos de vista. Pensar y pensar bien implica justificar, argumentar, analizar.
Buscar razones, explicar argumentos, comparar ideas de forma ordenada, además de criticar y analizar textos, libros, charlas, anuncios publicitarios, noticias, declaraciones, etc.
Es una tragedia intelectual y social que se pierda la autonomía de pensamiento.
Que perdamos espacios y tiempos para lecturas, conversaciones y actividades que fomenten el pensamiento crítico. Pensar y a opinar con responsabilidad es un capital personal y social importante para el desarrollo humano.
“Ampliar la mirada”. Plantearnos otras perspectivas y otros ángulos para enfocar la realidad. Ponerse en el lugar de otros para comprender su punto de vista es una actividad formativa y creativa recomendable.
El riesgo de pensar de manera automática, sin crítica y sin reflexión, es hacerlo mal.
Quedar atrapados en la superficialidad y creencias irracionales que se producen, como “un atajo” que la mente realiza para llegar rápidamente a una conclusión, con una cantidad mínima de información, eso es pereza mental.
