Cincuenta y un años de la represión homicida del movimiento estudiantil de 1968. Se cumplen el próximo miércoles dos de octubre. No se olvida. Sin duda, a esos hechos se le puede aplicar la consigna de quienes buscan justicia en el caso de la desaparición en 2014 de los 43 estudiantes de la Escuela Normal de Ayotzinapa: Fue el Estado.
Entre esas fechas se pueden documentar otras represiones, acciones u omisiones del Estado que han constituido o derivado en hechos en alguna manera violentos. Por ejemplo, el levantamiento del Ejercito Zapatista de Liberación Nacional, en Chiapas 1994. Ejemplo también, la “guerra sucia” contra los levantamientos guerrilleros en los años setenta del siglo pasado. En estos y otros sucesos (recuérdese el asesinato del Cardenal Juan José Posadas en el aeropuerto de Guadalajara) el Estado se puede poner en la lista de los causantes, directa o indirectamente
El Estado, invención humana, es la institución de la sociedad pensada y creada para gobernar los dinamismos de esa sociedad, cuyos miembros se dan cuenta de que vivir juntos, sea ciudad, nación o pueblo, no es una tarea sencilla. Y no lo es porque la sociedad es el otro lado del individuo; es el grupo, el conjunto, la comunidad necesaria para vivir mejor todos los miembros de ella, lo cual exige imponernos ciertas restricciones para no causarnos molestias los unos a los otros. Vivir mejor y restricciones están en tensión constante y de ahí la importancia de gobernar esa tensión. Los muchos intentos de las sociedades para lograrlo han llegado a diseñar ese Estado al que hoy reclamamos sus desatinos. Por eso, de vez en vez, las personas queremos reformar el Estado para corregir sus excesos y omisiones y conseguir un mejor modo de vida. Quizá ese sea el ánimo del gobierno de Jalisco al intentar una “refundación” de Jalisco.
Los excesos y las omisiones, hoy casi insoportables, del Estado han deteriorado el vivir mejor tan importante para la sociedad. Por eso, remontar estas situaciones desfavorables pide un esfuerzo extra de los miembros de esta sociedad, pues el Estado y la sociedad necesitamos renovarnos. Lo pensado y lo intentado hasta ahora no ha sido eficaz. Algo necesitamos abandonar o renunciar ¿Qué será? Algo nuevo hemos de querer ahora no querido ¿Cuáles son esos quereres? Quizá empezar por evitar la polarización entre nosotros.