Siempre ha sido lo mismo, más cuando se trata de viejos contrincantes, el desquite se pone “cabrón”. María Luisa González Achem la ex Alcaldesa de Lerdo jamás imaginó que su Tesorero se convertiría (en la decadencia de su trienio) en su enemigo número uno.
No me queda muy claro en qué momento “rompieron”, pero de que hay odio entre ellos, lo hay, insisto, en política “los amigos son de mentira y los enemigos de verdad”.
Homero Martínez, cuando asumió la Presidencia de Lerdo comenzó con las venganzas, lo hizo con los expendedores de alcohol, luego con los trabajadores de limpieza que sindicalizó María Luisa, luego con los bomberos, corrió al jefe (recién nombrado) de los apagafuegos, Juan Anchondo porque presuntamente se había robado 100 litros de combustible, la sirena de una pipa y otros insumos, poco a poco va a ir tras los que no lo apoyaron, así es siempre, nada más que Homero no tiene filtros y lo hace al descubierto: “Me la hizo, me la paga”.
Debo entender también que Bruno de la Cruz se “pasó de lanza” al cerrarle la Presidencia a Homero y más cuando aseguró que nadie más que él podía despedir y contratar gente (¡WTF!), él simplemente es un líder sindical, no representa los intereses del municipio, porque simplemente no están violando ningún estatuto del gremio, alguien debe ponerlo en su sitio.
Homero Martínez dio una entrevista “banquetera” en la que señala una anomalía que me parece importante rescatar, la pasada administración lerdense con María Luisa González Achem al frente, sindicalizó y/o pensionó (entiendo) a 25 trabajadores, quienes no acreditaron correctamente la legalidad de este procedimiento, a decir del actual Alcalde, le han presentado solamente copias y certificados médicos falsos, documentos que la Contraloría va a someter a análisis para su eventual autorización o rechazo.
Por las declaraciones de Homero Martínez, me enteré también que Josabeth Anchondo, ex Director de Comunicación Social de la pasada administración está en el paquete de los 25 sindicalizados y/o pensionados, y en “la banquetera” (que ni al caso), el enardecido y vengativo Alcalde refiere que Josabeth Anhondo es mi amigo, no quiero saber en qué sentido lo dice y la verdad no me interesa, pero le aclaro Señor Alcalde:
No se equivoque, conozco y respeto a Josabeth Anchondo, pero no es mi amigo, a los amigos no se les niega, ni tampoco se merecen jugarretas, ni traiciones porque, a la postre, nos convertiríamos en Judas ¿No cree?
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