José Francisco Ruiz Massieu salió de una reunión que tuvo con 180 diputados electos en el hotel Casa Blanca, a un lado del Monumento a la Revolución y se disponía abordar su automóvil cuando un joven de 28 años le disparó.
El joven, un tamaulipeco, delgado y de cabello corto, sacó una subametralladora, le apuntó y le disparó una bala expansiva a Ruiz Massieu, quien fue trasladado al hospital Español, pero el disparo le provocó una hemorragia que terminó con su vida.
Daniel Aguilar Treviño, el asesino material del jurista mexicano, intentó escapar y salió corriendo entre la gente, sin embargo, un policía lo alcanzó a detener.
La declaración de Aguilar Treviño conllevó a otros arrestos y hubo una versión oficial de cómo ocurrieron los hechos.
De acuerdo con el escritor José Agustín, Daniel Aguilar era un joven desempleado que se fue a la capital con su amigo Carlos Cantú Narváez, los dos fueron contratados por Jorge Rodríguez, hermano de Fernando Rodríguez, el secretario técnico de la Comisión de Recursos Hidráulicos de la Cámara de Diputados.
"La chamba Aguilar consistía en matar a Ruiz Massieu 'porque apoya una serie de reformas que no convienen', le explicaron Rodríguez González y su esposa, María Eugenia Ramírez Araúz. En el complot participaban también los hermanos de ella José Martín y Roberto Ángel Ramírez Araúz y el camárografo Irving Antohiny Dorrego", cuenta el escritor.
Estos tres siguieron a Ruiz Massieu y averiguaron los compromisos de su agenda, sin embargo, presuntamente el hombre que estaba detrás del asesinato del dirigente priista era Manuel Muñoz Rocha, diputado por Río Bravo, Tamaulipas y subsecretario de Organización del Comité Ejecutivo Nacional del PRI.
El entonces presidente Carlos Salinas de Gortari nombró al hermano del dirigente priista asesinado, Mario Ruiz Massieu, quien fue subprocurador por el caso, sin embargo, luego renunció del cargo.
"El pasado 28 de septiembre una bala mató a dos Ruiz Massieu, a uno le quitó la vida y a otro le quitó la fe y la esperanza de que en un gobierno priista se llegue a la justicia. Los demonios andan sueltos y han triunfado", dijo en conferencia de prensa.
Todos los implicados fueron detenidos, menos el diputado tamaulipeco, Manuel Muñoz Rocha, quien pidió licencia de su cargo, sin embargo, un par de días después ya no se supo nada de él y nunca apareció.
En las primeras declaraciones de los detenidos se acusó a Raúl Salinas de Gortari como el autor intelectual del asesinato de Manuel Muñoz Rocha, por lo que fue detenido y trasladado al penal del Altiplano.
"En eso estábamos cuando, de pronto, sin orden de allanamiento ni nada, irrumpe la Policía Federal o los agentes judiciales se meten a la casa", dijo Raúl Salinas en entrevista para el documental 1994.
Una mujer apareció en la investigación. Francisca Zetina fue a buscar al coordinador y le dijo que podría proporcionar información de Raúl Salinas de Gortari, quien según ella la contrató como su chamana para leerle las cartas.
"Por amistad y por amistad, nada más. Platicamos de muchas cosas. A él le gusta lo esotérico. Todo lo de las magias le llamaba la atención", dijo en una conferencia de prensa.
La mujer declaró que ella conocía todas las propiedades de Raúl Salinas de Gortari, entre ellas El Encanto.
"Informa que en la finca El Encanto puede estar enterrado el señor Manuel Muñoz Rocha que había desaparecido prácticamente a los dos días del asesinato de José Francisco y nunca se supo nada de él", dijo el fiscal del caso en la serie de Netflix, 1994.
El subprocurador realizó un despliegue para catear la finca para ordenar la excavación del lugar.
En conferencia de prensa, Francisca Zetina dijo que pidió que le dejarán sentir la nueva vibración de Manuel Muñoz Rocha y aseguró que lo sintió, ya que en el lugar se encontraron restos humanos.
"Cerca pedí de favor que me dejaran sentir la nueva vibración de Manuel Muñoz Rocha. Sí lo sentí. ¿Es Manuel Muñoz Rocha, le pregunta una reprotera. No estoy para afirmar, lo digo nuevamente a la PGR le corresponde ese trabajo. Cada quien en su trabajo", dijo la mujer.
Luego del hallazgo de los restos humanos, la Procuraduría capitalina informó que la osamenta encontrada en la finca pertenecía a Joaquín Rodríguez Ruiz, quien fuera consuegro de Francisca Zetina.
La mujer fue detenida y según sus declaraciones se supo que había recibido dinero para crear esa historia.
"El señor Muñoz Rocha tenía riñones poliquísticos, la osamenta tenía riñones poliquísticos. El señor Muñoz Rocha tenía una fractura, no sé si en la tercera o cuarta vértebra verdadera. Y la osamenta también.
"Todos tenemos un esternón y el 99.9 por ciento de nosotros tiene un esternón terminado en punta. Hay muy poquitas personas que tienen un esternón que se llama bífido. Es decir que en vez de una punta, termina en dos. El señor Muñoz Rocha tenía un esternón bífido de atrás para adelante, y la osamenta tiene un esternón bífido de atrás para adelante", dijo Alberto Lozano, el procurador general en el caso.
bgpa