La Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) demandó al Estado mexicano una política incluyente de migración y pidió que las fuerzas de seguridad dejen trabajar en paz a las casas del migrante.
El sacerdote Pedro Pantoja, fundador de la Casa del Migrante de Saltillo, Coahuila, recordó que esta casa ha sido hostigada últimamente por las fuerzas de seguridad, por lo que exhortó al gobierno que valoren la función que cumplen estos recintos en la atención de la comunidad migrante.
“Nosotros pedimos al Estado, a estas instituciones de seguridad que nos dejen en paz a las casas del migrante, que respeten, que valoren la identidad de nuestras casas como santuario para esta multitud perseguida, no queremos de ninguna manera más que eso, que valoren la atención humanitaria y que de ninguna manera somos cómplices con algún movimiento u organización que lucre con los migrantes. Adentro de las casas se ha generado un clima de temor para todas estas personas, tienen miedo de seguir su camino”, alertó.
El prelado también criticó la militarización de las fronteras con la Guardia Nacional, ya que más allá de poner orden a la migración, expone a las personas a un mayor grado de peligrosidad.
“Para nosotros como defensores y defensoras esta política fue un regalo, una oferta al crimen organizado porque de alguna manera tiene todas las oportunidades el crimen organizado de instaurar rutas clandestinas y de alguna manera capacitar sicarios para que se introduzcan en las caravanas y de esta manera los guíen a desastres humanos como el secuestro o la extorsión, la desaparición y la masacre", aseguró
“Militarizar esa frontera significa para nosotros exponer a los migrantes por la zonas de ingreso con un mayor alto grado de vulnerabilidad, por el tema de los polleros, narcotráfico. Y lo más curioso de la Guardia Nacional es que no era para la detención de migrantes, ahora precisamente ellos son los que están tomando esta actitud" precisó Pantoja.
El primer retén que encontramos pareciera ser que el migrante es el invasor, ¿por qué? Porque en el retén está la Guardia Nacional, la marina, la policía federal, estatal y además está el Instituto Nacional de Migración, eso hace que los migrantes no solo le tengan miedo al pollero, al migrante, sino que también viene huyendo del mismo gobierno”, expuso.
En conferencia de prensa, la CEM en su Dimensión Episcopal de Pastoral de Movilidad Humana, dijo que siendo los albergues la primera puerta que los migrantes tocan, no se les puede dejar a la deriva.
José Guadalupe Torres, obispo de Ciudad Juárez y responsable de la Dimensión de Movilidad Humana, explicó que cuentan con 130 casas de atención y albergues en todo el país para atender a la población migrante en tránsito.
Señaló que todas cuentan con sobrepoblación, no obstante, las ubicadas en la frontera sur y norte son las más críticas y han observado una disminución de la población migrante en la zona centro.
“Exhortamos al Gobierno federal, a los gobiernos estatales y municipales, a tomar en cuenta que no se trata solo de migrantes, se trata de vencer nuestros miedos y poder así colaborar en generar políticas migratorias incluyentes, en las cuales pudiera iluminar la vasta experiencia de la Iglesia y de otras instituciones para lograr una verdadera migración ordenada”, expresó.
Los sacerdotes ejemplificaron que tan solo en uno de los albergues ubicados en la frontera sur, en Ciudad Hidalgo, cuenta con una capacidad para atender a 130 migrantes y actualmente hay 350 con más de 120 niños.
dmr
