“Todo hombre que tiene poder
se ve impulsado a abusar de él,
y llega hasta donde encuentra límites”
Montesquieu
Y vaya que, hasta las mamás, cuando uno era pequeño, nos decían que teníamos que escuchar; que no es otra cosa, más que prestar atención a lo que se oye, atender avisos, consejos o sugerencias; sin embargo, esto que pareciera simple y que además genera un aprendizaje o ventaja para el que lo hace, pues resulta que para un gobernante es complejo y difícil de realizar.
Y si se trata de un Presidente de la República en México, la cosa se pone peor y para muestra, comenzaré con la tristemente célebre frase de Carlos Salinas de Gortari, cuando en su último informe de gobierno en 1994 dijo “ni los veo ni los oigo”, refiriéndose a los perredistas que protestaban en la Cámara de Diputados.
López Obrador, antes de ser Presidente, ya sabía lo que era tener manifestaciones en su contra, como fue la “marcha blanca” del 28 de junio de 2004 y que era un reclamo al gobierno capitalino, encabezado por él, para poner un alto al secuestro; pero en aquel entonces, la descalificó en una conferencia mañanera.
Señaló que había mano negra o blanca, detrás de la organización de la marcha que buscaba criticar a su gobierno, y que todo se debía a politiquería de las derechas, el oportunismo del gobierno federal –declaraciones del presidente Vicente Fox— y el amarillismo de medios de comunicación.
Hoy a 25 años de lo dicho por Salinas y a 15 años de lo dicho por el mismo López Obrador en el entonces Distrito Federal; queda muy claro que eso de escuchar, no es lo suyo, sólo que si no fuera Presidente no habría problema, pero como sí lo es, está obligado a escuchar a todos los mexicanos y a cualquiera que hable sobre nuestro País.
Hoy el gobierno federal dice que hay un plan B, para iniciar la construcción del aeropuerto en Santa Lucía, a pesar de los amparos interpuestos; al plan de negocios de pemex dado a conocer hace unos días,se le consideró decepcionante y generó críticas tanto por bancos internacionales, asociaciones como coparmex y concamin, así como por diversos expertos en el tema.
Criticó en un video al Poder Judicial Federal, porque no resolvieron a su gusto, en lo relativo a la Ley de Remuneraciones; evidenciando que no se escucha ni a sí mismo, puesto que el 16 de julio dijo en su rueda de prensa: “al margen de la ley nada, por encima de la ley nadie” y en la rueda de prensa del 17, al preguntarle sobre el video dijo: “pienso que no es un asunto sólo jurídico, es un asunto moral”.
No ha escuchado tampoco a integrantes de su gobierno; al día de hoy van 7 renuncias, pero en el caso de Germán Martínez-imss y Carlos Urzúa-shcp, públicamente dieron a conocer precisamente eso, la falta de atención por parte del Presidente, además de dar a conocer conflictos de interés y otras cosas.
El Presidente no escucha a la población, como las movilizaciones anunciadas por productores agrícolas por desatención del gobierno o la recomendación emitida por la Comisión Nacional de los Derechos Humanos sobre la violación a los derechos de los niños, al desaparecer los apoyos a estancias infantiles y que fue rechazada, sin escuchar o entender las razones.
Podríamos seguir señalando temas, como la preocupación de muchos, sobre una posible recesión en México. Pero lo que queda de manifiesto, es que este Presidente sigue el ejemplo, al pie de la letra, de Carlos Salinas; al que pareciera no querer, pero que en realidad es con el que más se identifica.
*Abogado y Maestro en Derecho Constitucional y Amparo. Magistrado del Tribunal de Justicia Administrativa 2010-2017