Es triste decirlo, y de pena ajena, pero han reducido a la Secretaría de Gobernación en un “adorno”, en el gobierno de la 4T.
La reciente columna del periodista Carlos Puig, publicada en la sección Al Frente de MILENIO DIARIO, hace un repaso de las funciones de la Secretaría de Gobernación del gobierno federal, a propósito de la “aberración legal y política” de ampliar el periodo del gobierno de Baja California.
Y en efecto, la dependencia federal responsable de la política interna del país, ha sido marginada, excluida y reducida a un florero, no solo en la crisis política y controversia jurídica en el caso de BC, sino también despojada de facultades en materia migratoria.
La Segob no puede ser vista como “adorno” para cubrir la cuota de la equidad de género, porque finalmente son los hombres del Poder Ejecutivo quienes toman las decisiones.
En efecto, en estos tiempos de la “cuarta transformación” se pretende acabar con el “pasado”, “¡¡¡porque eso se acabó!!!”, pero mire que se extraña, por respeto a la constitución, de la figura activa de un titular de Gobernación que atienda y resuelva, por los cauces legales y del oficio político, las crisis como la de BC.
En casos de crisis de gobernabilidad como ocurrió en el pasado en estados como San Luis Potosí, Michoacán, Chihuahua y Tabasco, relacionados a conflictos poselectorales y de estabilidad política, era notoria la mano de la Secretaría de Gobernación.
Omitida o ignorada, da lo mismo, en el gobierno de la 4T, la Secretaría de Gobernación, como otras, están anuladas cuando el ejercicio del poder presidencial es unipersonal y plenipotenciario.
Es inaudita, por la falta de regulación de Gobernación, el “asalto” al Palacio de Bellas Artes para rendir homenaje al líder religioso de La Luz del Mundo, conocido después como pederasta y depredador sexual.
También fue ignorada la Segob con la participación de los evangelistas como “predicadores” de la “cartilla moral” del gobierno de la 4T, en un acto lesivo al Estado laico. La Secretaría de Gobernación, convertida en florero.
pablo.ruiz@milenio.com
