Que la visita de Alejandro Moreno y Carolina Viggiano para pedir el voto de la militancia del sur de Tamaulipas, más que una fiesta priista parecía una reunión de “pare de sufrir”.
Que en Tampico, el gobernador con licencia se reunió primero a desayunar con un grupo más selecto en un domicilio de la colonia Los Pinos, donde estuvieron Paloma Guillén, José Rábago, Pancho Bolado, Pepe Argüello, Pepo Mathieu, Eulogio Sánchez, entre otros.
Que muy orondo llegó a ese desayuno Edmundo García Román, después de haber apoyado a los candidatos del PAN en la elección de diputados locales. El primero que saltó al verlo fue Carlos de los Reyes; entre él y el propio Alito le dijeron que no van a aceptar traidores y el cetemista ya mejor ni se presentó al evento del Posada, temiendo salir linchado.
Que Manuel Guerrero Sánchez, líder nacional de oleaginosas, tachó de “agachones” a los productores rurales que no participaron en el movimiento del miércoles, en una clara indirecta a los de Tampico Alto, Veracruz que no respondieron al llamado para bloquear la carretera Tampico-Tuxpan. Todo estaba listo, pero a la mera hora se echaron para atrás y prefirieron no contribuir al caos.
Que el alcalde de Tampico Alto, Adrián Domínguez, quien llegó al gobierno municipal por el PES hizo las veces de interlocutor, evitando que su pueblo se sumara a la protesta contra López Obrador. Hace más que los representantes del gobierno federal y que aquellos que son diputados o senadores gracias al efecto AMLO y hoy se ponen en su contra.
Que el regidor de Altamira Jesús Tlapa dizque ayudó a una familia que perdió todas sus pertenencias tras un incendio, pero se tomó una selfie y se puso gorra y chaleco de Protección Civil sin formar parte de la corporación.
Que José Jaime Oyervides, presidente del Consejo Estatal de Morena, se reunirá hoy en Tampico con militantes. _
