Políticos de prácticamente todos los partidos arroparon al senador Higinio Martínez Miranda en su primer informe de labores, desde donde mandó un mensaje al presidente de la República, a quien le recordó que ha estado con él los últimos 23 años y que podrá diferir en algunas cosas, pero nunca dudará en apoyarlo sin titubeos.
Con ese discurso trató de sostenerse ante el nutrido escenario como uno de los hombres más cercanos al Ejecutivo federal, pese a los dos grandes contrastes que tuvo con el cambio de sede del aeropuerto de Texcoco a Santa Lucia y la distribución de recursos a nivel federal.
Esto, a pesar que el mexiquense con mayor influencia en el gobierno federal es quien fuera su discípulo, Horacio Duarte Olivares, a quien el presidente se llevó al gobierno federal, luego de defenderlo a capa y espada desde el Instituto Nacional Electoral.
Quienes apostaron que el informe sería el escenario perfecto para el destape de Higinio Martínez como candidato a dirigente estatal, salieron decepcionados con apenas un preludio del destino que podría tener el Movimiento de Regeneración Nacional en la entidad, pero vieron a un Higinio Martínez fuerte, consolidado y reconocido por los diferentes sectores y como la pieza clave para unificar a los grupos internos.
Para hacer gala de su actual fuerza se trajo a la capital mexiquense al coordinador de la Jucopo, Ricardo Monreal y a su candidato para la dirigencia nacional, el coordinador de la bancada federal, Mario Delgado, así como a 35 senadores de todo el país, más legisladores federales, alcaldes, regidores y síndicos.
El sequito de acompañantes fueron de todos los colores, ex perredistas que ahora forman parte de Morena, así como también ex panistas que poco les falta para afiliarse al partido con el cual laboran, además de Eruviel Ávila, Josefina Vázquez, así como líderes laborales como Armando Neyra, empresarios; el rector de la UAEM, Alfredo Barrera Baca, entre otras figuras que igual le aplaudieron a Martha Guerrero que a él por sus logros en 365 días de trabajo legislativo.
El fantasma de su salida del Senado para dirigir a Morena en el Estado de México quedó en el aire, en las entrevistas no fue claro ni preciso, pero dejó abierta la puerta en más de una ocasión al decir que todo puede suceder, lo que si enfatizó es el gran pendiente de esta entidad es ganar la entidad más poblada del México.
En ese momento su papel era solamente buscar la puerta de entrada al Salón Rojo donde dio cuentas de su trabajo en la Cámara alta, donde destacó que se acabó el turismo electoral, los excesos salariales y los “apapachos”.
Dedicó buena parte de su discurso para dirigirse al presidente de México y decirle que cree firmemente en su gobierno, luego de luchar 23 años juntos y ahora por el Estado de México: un “ratito” más.
LC
