Que magro favor le están haciendo al alcalde de León algunos colaboradores que empiezan a manchar la imagen de la administración. Primero se dio a conocer el fraude cometido en el cobro del impuesto predial, luego el chistecito de la contratación de una empresa del cuñado del presidente de SAPAL, Jorge Ramírez, y para rematar, nos cuentan que viene otro escandalito bastante serio.
Sí, es cierto que el tema de SAPAL directamente no incumbe a la administración que encabeza el alcalde panista de León, sin embargo frente a los gobernados de esta ciudad cualquier acto de corrupción aunque sea en consejos ciudadanos pega directamente en la administración municipal.
Que ya va siendo hora que quienes integran los consejos como el de SAPAL y otras paramunicipales vayan teniendo claro que toda acción u omisión tiene una responsabilidad y ésta debe ser señalada antes de integrar los organismos, para evitar que a la hora de los trancazos hagan como que la virgen les habla.
Pues resulta que, otra vez el mal ejemplo de SAPAL es evidente, pues a la hora de entregarle una obra por 47 millones de pesos a una sociedad en la que participa Enrique Aranda, cuñado del presidente del consejo, Jorge Ramírez, les expusieron a los consejeros el lado bonito de la empresa a la que se adjudicaba, pero pequeño detalle omitieron decir quién era el dueño, ¿coincidencia?
Que ya más de un ciudadano preocupado empieza a cuestionar si no convendría darle una revisada a lo que están haciendo otros consejos, en la ciudad hay varios y manejan recursos públicos, claro no los mil millones de pesos anuales de SAPAL pero sí cantidades importantes que no son nada despreciables.
En MILENIO ya le pusimos lupa en su momento a lo que hace el Patronato de la Feria de León y hasta su presidente Gabriel Pérez Navarro fue llamado a comparecer ante el Cabildo leonés. Dicen que si tiene pico de pato, patas de pato, alas y plumaje de pato, entonces es pato.