Aunque es lectura obligada para el bachillerato, un muy alto porcentaje de esos lectores apenas si nos enteramos de qué trata La Celestina, pues amén de que no es un texto fácil, lo recibimos en una etapa en la que habitualmente se tienen muy pocas herramientas para valorarlo.
Por ello, me parece de capital importancia que la Compañía Nacional de Teatro tenga ahora en cartelera esta puesta en escena, para la cual, el calificativo de extraordinaria se queda corto. Atribuida a Fernando de Rojas, quien la escribió a finales del siglo XV, La Celestina, conocida como la Tragicomedia de Calisto y Melibea, cuenta la historia de enamoramiento de dos jóvenes que sucede por los embrujos de una vieja alcahueta, precisamente Celestina.
Este montaje, que termina temporada este domingo 2 de junio, es una pieza tallada a mano, llena de detalles que valen la pena enlistar. Antes que nada la versión permite entender a la perfección cada palabra de esta inmortal obra. A esto hay que sumar la atinada dirección de Ruby Tagle. Juntas han dado al montaje una agilidad que se agradece y disfruta. Completan el equipo creativo Jesús Hernández (escenografía e iluminación), Jerildy Bosch (vestuario); Pablo Ramírez (diseño sonoro); Joaquín López (asesor musical); y Maricela Estrada (maquillaje y peinados). Excelente el trabajo de todos. Y, por supuesto, bravo al elenco, en el que destacan Pilar Padilla, Misha Arias de la Cantolla y Adrián Aguirre entre otros actores del elenco estable de la CNT.
Debiera prolongarse esta temporada para que la vean la mayor cantidad de preparatorianos, quienes entenderán la maravilla que es La Celestina.
@HugoHernandez
