El esplendor de la calzada de los muertos y de las pirámides de la Luna y el Sol hace que resulte sencillo comprender por qué Teotihuacán significa "ciudad de los dioses", sin embargo, el gran secreto de éste vestigio arqueológico es que ése no es su verdadero nombre.
En realidad, Teotihuacán es una palabra en náhuatl con la que los mexicas se referían a la ciudad en ruinas tras haberla encontrado a su llegada al Valle de México en el periodo posclásico.
Es impresionante imaginar que después de haber sido sede de una de las civilizaciones más importantes en el ámbito político, económico, comercial, religioso y cultural de Mesoamérica, y de ubicarse en un valle basto en recursos naturales, sus habitantes —que llegaron a ser más de 100 mil— hayan decidido abandonarla sin razones aparentes.
Aunque se descubrió que Teotihuacán fue construida en el periodo clásico y que albergó a diversos grupos étnicos, se desconocen muchas cosas sobre ella, incluso la lengua en la que se comunicaban sus habitantes, por lo que ha resultado imposible saber cuál era el nombre con la que fue bautizada por sus fundadores.
Aunque han surgido nuevas teorías sobre el verdadero significado del nombre que le dieron los mexicas —que en realidad era Teo uacan (ciudad del sol), ciudad de los dioses o ciudad en donde nacieron los dioses— éste sigue haciendo justicia a la grandeza de sus ruinas.
CJR