Las estrategias y políticas de Andrés Manuel deben tener un carácter urgente, por una a mole razón, el México que tenemos así lo exige, y es que observamos en el en el país, por un lado la posibilidad de un complot de parte de los empresarios mexicanos, quienes durante primer trimestre del año decidieron disminuir sus inversiones productivas, los cuales con base en datos del INEGI descendieron en comparación con la observado el mismo trimestre del año pasado y, si no existe un complot en México, entonces se detecta desconfianza en el entorno actual de la economía mexicana.
Con gobierno que construye trenes en el sureste mexicano pero que además tiene la capacidad de crear una nueva refinería, aunado a la construcción de un aeropuerto. Estamos hablando entonces de una Secretaría de la Defensa que es capaz de construir un aeropuerto comercial, una Secretaría de Energía que puede construir una refinería y, posiblemente una Secretaría de economía acompañada de una Secretaría de Turismo capaz de construir un tren de primera generación en el sureste mexicano; por supuesto que el gobierno está haciendo todo lo que está dentro de sus manos para alcanzar lo prometido en la campaña, sin embargo debe ser muy responsable consigo mismo y tener el conocimiento para hacer las obras que México, según su perspectiva requiere, no podemos cumplir promesas sólo por cumplirlas a capricho propio y, sin tener el suficiente conocimiento, no solamente para hacerlo, sino para lograr hacerlo bien, porque el México de hoy no requiere de nuevos experimentos, es necesario un gobierno que genere planeación, que tenga objetivos claros y concretos a corto mediano y largo plazo, para que al final del sexenio se pueda con orgullo decir: iniciamos una nueva transformación hace seis años y hoy dejamos un México nuevo, más próspero y productivo.
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