La dirección y el consejo de administración del conglomerado alemán Bayer se encuentran bajo una enorme presión para recuperar la confianza de los accionistas después de que el viernes se dio un sorprendente voto de no confianza en los jefes de la compañía que no tiene precedentes en la historia corporativa alemana de la posguerra.
Los inversionistas desahogaron su furia por la caída de 38 por ciento en el precio de las acciones de Bayer desde que cerró su acuerdo para adquirir a su rival estadunidense Monsanto el año pasado. Alguna vez Bayer fue una de las empresas más valiosas de Alemania, ahora tiene un valor de apenas 63 mil millones de dólares (mdd), lo que pagó por el gigante estadunidense de semillas.
El grupo alemán de productos que van desde la aspirina hasta los químicos para cultivos se enfrenta a un creciente número de problemas legales sobre el glifosato, un herbicida que comercializa Monsanto bajo la marca Roundup. El mes pasado, un jurado en San Francisco concluyó que había una relación causal directa entre el glifosato y el cáncer. En el último conteo, Bayer enfrentaba 13 mil 400 demandas legales relacionadas con el glifosato.
Ingo Speich, jefe de sustentabilidad y gobierno corporativo de Deka Investment, que se encuentra entre los 10 principales accionistas de Bayer, destacó que la compañía debe “acercarse a los inversionistas”.
“Tienen que demostrar que tienen control sobre las cosas, que la integración de Monsanto funciona y lograr mejores resultados en la división farmacéutica”, dijo al Financial Times. Agregó que Bayer también debe proporcionar más claridad sobre la escala de los posibles daños legales que se enfrentan por el glifosato. “Si solo siguen con el negocio como de costumbre, la presión de los accionistas solamente va a aumentar”.
Janne Werning, de Union Investment, otro accionista de Bayer, comentó que los inversionistas estaban “extremadamente molestos con los riesgos legales y de reputación y con la enorme disminución del precio de las acciones (de Bayer)”. Pero argumentó que la dirección y el consejo de administración se ganaron una “segunda oportunidad para hacer frente a los riesgos y regresar a la compañía al camino de crecimiento estable”.
En un raro acto de insubordinación, la mayoría de los accionistas de Bayer en la asamblea general anual del viernes se negaron a “aprobar” a la administración. Votar en contra del “Entlastung”, o la aprobación de la gestión administrativa, es una de las formas de protesta disponibles que tienen los inversionistas bajo la ley alemana, y Werner Baumann, el jefe de Bayer, es el primer director ejecutivo en funciones de la compañía que cotiza en Dax que sufre un voto de no confianza de este tipo.
Normalmente, el voto de aprobación de la gestión es una formalidad, con la administración que de manera rutinaria obtiene el respaldo de más de 90 por ciento de los accionistas con derecho a voto. Si consiguen un número mucho menor a eso, a menudo están en problemas. Poco después de que 39 por ciento de los inversores votó en contra de la gestión de Deutsche Bank en 2015, los codirectores ejecutivos Anshu Jain y Jürgen Fitschen tuvieron que salir.
El viernes, 55.5 por ciento de los inversores presentes votaron en contra de ratificar a Baumann y su equipo. Los directores de Bayer también resultaron golpeados por la rebelión, con solo 66 por ciento que votaron para aprobar la gestión del consejo de administración.
La votación no es legalmente vinculante, y pocos analistas esperan resulte algún cambio en la administración a raíz de la revuelta. En una reunión extraordinaria que se celebró el viernes por la noche, el consejo de administración de Bayer dijo que “por unanimidad respalda” a la administración, de acuerdo con un comunicado de la compañía.
En el comunicado se reconoce que varios accionistas cuestionaron si la administración de Bayer evaluó adecuadamente los riesgos legales asociados con el glifosato, pero el consejo de administración “está convencido de que este es el caso”.
Otros estuvieron de acuerdo en que Baumann no deberá perder su trabajo. “Haría que la compañía caiga en un caos”, dijo Speich. “El próximo CEO tardará mucho tiempo en aprender cómo funciona y esto en un momento en el que necesitan integrar Monsanto y su línea de proyectos farmacéuticos está llegando a su fin”.
63,000 Millones de dólares es el valor actual de la empresa, apenas lo que pagó por su rival estadunidense Monsanto el año pasado.
13,400 Demandas legales enfrenta la empresa por la comercialización de glifosato, un producto que comercializaba la empresa adquirida y que fue calificado como causal de cáncer.
55.5% Por ciento de los inversionistas representantes votaron en contra de ratificar a los directivos de la empresa encabezados por Werner Baumann.
1000 Millones de euros al año es el beneficios que ha logrado la empresa con la adquisición de Monsanto, según ha asegurado Baumann a los inversionistas.
160 Millones de dólares se estimó que deberán pagar por dos demandas de las principales que enfrentan por los enfermos de cáncer Dewayne Johnson y Edwin Hardemann.
15,000 Millones de Euros estiman algunos acciones que será el costo de los juicios abiertos que enfrentarán en EU.
