Tras años de lucha, parece que los pocos sobrevivientes que quedan de las explosiones del 22 de abril verán la luz a sus problemas. Este lunes se cumplen 27 años de la tragedia que cobró la vida de 212 personas, y dejó 69 desaparecidas.
Con el pasar de los años se podría pensar que los afectados ya fueron indemnizados por el estado mexicano por los daños ocasionados a su persona por la negligencia de las autoridades, pero esto no es así.
Lilia Ruiz Chávez, encabeza la organización conformada por sobrevivientes de las explosiones, asegura que la autoridad por años ha hecho oídos sordos a sus peticiones, principalmente aquellas enfocadas a reparar el daño, sin embargo, parece que por fin verán la luz, porque luego de entablar diálogo con el gobernador Enrique Alfaro sus exigencias fueron recibidas y les prometieron que serán atendidas.
“Ahora que ya se enteró cómo están las cosas, la intención es que todo se resuelva y por eso aceptó estar presente mañana (hoy), ya confirmó el presidente municipal de Guadalajara, ya confirmó también el diputado presidente de la mesa directiva del Congreso del estado, las personas que tienen en sus manos el trabajo, ya mañana nos vamos a ver a todos cómo pretenden llevar las cosas”, dijo Ruiz Chávez.
Entre los temas pendientes a tratar de los afectados con el gobernador de Jalisco está el pago de la indemnización económica para algunos de los quejosos, así como subsanar la carencia de medicamentos que reciben.
“Lo que hemos luchado durante todos estos años es que algunos compañeros ingresar al fideicomiso, anteriormente eran catorce sin embargo, solo quedan nueve porque los demás ya fallecieron, porque han tenido criterios muy cavernícolas ya que solamente a los que nos hace falta una parte del cuerpo eran los únicos que estamos reconocidos como afectados”, señaló Ruiz Chávez.
También hacen un llamado a la autoridad para que retiren el obelisco y la fuente colocada en honor a las víctimas de la explosión del 22 de abril. Aseguran que el monumento ha sido abandonado su suerte, por lo que piden que mejor sea un jardín para sembrar flores y recordar a los fallecidos.
“Lo que queremos es que nadie quede afuera del fideicomiso, que ahora sí se indemniza a las familias de los compañeros que fallecieron el 22 de abril, que nadie los indemnizó porque el gobierno se lavó las manos diciendo yo no fui, y no tengo nada que ver eso, no hay dinero para estas cosa, que el patronato se cerró y no hay para indemnizar”, señaló.
Heridas frescas
Las heridas siguen frescas en la memoria de las víctimas, 27 años muchos sufren dolencias físicas por los estragos en sus cuerpos por la explosión.
Lilia Ruiz Chávez no sólo perdió una pierna, también a dos hijos y a su esposo. Con precisión recuerda que la explosión sucedió un día miércoles, salió de su casa para ir a un tianguis ubicado a pocas cuadras de donde vivía. Ella viajaba en un camión de pasajeros cuando la tragedia la sorprendió, asegura que no recuerda nada de lo sucedido, dijo que perdió el conocimiento y cuando despertó era asistida por un grupo de personas que luchaban con todas sus fuerzas para liberarle sus piernas atrapadas entre toneladas de escombros.
“Yo salí de mi casa para ir al Mercado Rizo porque yo había vivido durante 8 años en el barrio de Analco… en la calle de Gante en la finca 609, hubo tres muertos en la casa donde vivía, yo tenía muchos conocidos allá, compadres, amigos, conocidos me gustaba seguir viendo para allá”.
Luego de cuatro cirugías apenas logró salvar una de sus piernas, la otra la perdió; la vida la condenó a pasar gran parte de su vida postrada en una silla de ruedas.
A 27 años de la tragedia el tiempo cobró factura a sus lesiones, las dolencias han invadido su cansado cuerpo, espera que un día la justicia llegue a su vida y a la de sus compañeros de lucha.
MC
