Aunque no tienen un papel específico sobre el terreno de juego, los directivos de los clubes del futbol mexicano juegan un papel importante en sus instituciones, pues de ellos depende que se realice una buena gestión y estrategia que se vea reflejada en los resultados.
Desde la compra y venta de jugadores y un gran número de tareas que de una u otra forma impactan a la institución, existe, también, un grupo de ‘pantalones largos’ que causaron polémica por su forma de manejar a los clubes, quienes regularmente terminan ofreciendo pobres actuaciones.
El dueño del Veracruz ha entregado pocos resultados dignos de aplaudir deportivamente hablando, pues actualmente, el conjunto jarocho se encuentra descendido y deberán pagar varios millones de pesos para poder seguir en el máximo circuito el próximo torneo.
Al margen de su carrera política, Kuri ha estado varias veces en el ojo del huracán, pues además de varios adeudos a sus jugadores, purga un castigo de dos años por agresión a un miembro de la Comisión de Arbitraje y por desacato al reglamento de sanciones.
Los Colibríes de Cuernavaca son recordados en el futbol mexicano por su efímero paso por el máximo circuito, cuyo dueño era el empresario y capitán Jorge Rodríguez, quien también poseía a Aerolíneas Internacionales.
En el plano deportivo, Colibríes disputó solo el Clausura 2003 en la Liga MX, descendiendo ese mismo certamen y dejando una gran deuda que no fue finiquitada, ya que Rodríguez desapareció dejando al equipo y a su aerolínea a la deriva; según reportes de la época, al ex directivo se le relacionaba como presunto piloto privado del narcotraficante Amado Carrillo Fuentes.
El empresario Carlos Ahumada adquirió en 2003 a Santos Laguna, además ya era propietario del León (que entonces militaba en la Primera 'A') cuando se le vinculó con el delito de lavado de dinero, evasión fiscal, y fraude genérico, aunque también fue víctima de extorsión de algunos funcionarios públicos.
El Irapuato es un equipo con tradición en el futbol mexicano, aunque tampoco se ha salvado de los malos manejos por parte de sus directivos, específicamente en el año 2004, cuando la Trinca desapareció junto con Querétaro y las franquicias quedaron en poder de la Federación Mexicana de Futbol.
En el caso del empresario dedicado a las joyas, Kleber Meyer, aparecía como dueño del Irapuato, aunque en realidad el equipo pertenecía al detenido narcotraficante Tirso Martínez. La desaparición de Gallos e Irapuato dio como origen la competencia de 18 equipos en Primera División en lugar de 20 a partir del Apertura 2004.
Actualmente Gallos Blancos de Querétaro es una de las franquicias más sólidas del futbol mexicano, que si bien no han encontrado los resultados deportivos que su afición merece, tuvieron que lidiar con un oscuro pasado a la par que el Irapuato.
Los hermanos Vázquez Mellado fueron dueños de Gallos entre los años 90 y el 2005, cuando el equipo fue desafiliado del máximo circuito, pues se les relacionó con presuntos vínculos con el crimen organizado, específicamente, con el ya mencionado Tirso Martínez ‘El futbolista’, acusado de lavado de dinero con el cuadro queretano.
Durante la década de los años novena, Roberto Zermeño fungió como dueño del Club León, ese que hoy enamora en el Clausura 2019 con su récord de 12 triunfos consecutivos; sin embargo, en aquella época, Zermeño habría aprovechado su gestión al frente de los Esmeraldas para evadir impuestos, cargo que le costó ser detenido en el año 2005 y liberado seis años después.
Carlos López Chargoy fue dueño del extinto Jaguares de Chiapas, club que desapareció del futbol mexicano por una deuda estimada en más de 70 millones de pesos, lo que derivó en la falta de pagos para sus jugadores; el equipo había descendido pero no se le permitió jugar en el Ascenso MX.
Jesús hizo lo propio con el Puebla, equipo que careció de solidez económica durante su gestión, además de los múltiples adeudos con la plantilla; actualmente la Franja pertenece a Manuel Jiménez García.
HIOM
