Cuando me encuentro en una cobertura, me gusta utilizar este espacio para reflexionar un poco sobre el evento. Esta semana se lleva a cabo en Acapulco la vigésimo sexta edición del Abierto Mexicano de tenis y aunque apenas es la segunda ocasión que tengo la oportunidad de asistir al torneo, ha sido suficiente para poder asegurar que MexTenis tiene en sus manos una de las joyas en el calendario del tour de la ATP. La clave no solo está en el espectacular escenario frente al mar que enamora a tenistas y turistas, pues si bien dentro de la categoría ATP 500 que engloba a 13 torneos, se encuentran sedes tan atractivas como Barcelona, Río de Janeiro, Beijing o Tokio, lo que coloca a la competición nacional un escalón arriba de esos es la organización.
El año pasado, en el marco de la celebración de un cuarto de siglo del AMT, pude platicar con Raúl Zurutuza sobre la evolución del torneo y más allá de que el director como es natural presuma el evento como de clase mundial, en verdad me sorprendió que dentro de las anécdotas vividas desde 1993 pasando del Club Alemán en la Ciudad de México al complejo MexTenis en el Princess, este el hecho de ir a estudiar varios no solo de sus torneos competencia, si no de Masters 1000 que es a lo que aspiran llegar y por supuesto Grand Slam. Los elogios han llegado por parte de la ATP y la WTA, por parte de los propios tenistas que incluso ante la prensa reconocen el especial ingrediente que significa el público mexicano y por supuesto por parte de los aficionados, los que hacen posible que cada año se vaya mejorando.
En los primeros días de actividad he podido platicar con algunos asistentes y lo corroboran con sus comentarios, sea la primera vez que asisten o ya tradición. Les encanta como cada detalle está cuidado. Entonces se preguntarán ¿Por qué no sube a Masters 1000 el AMT? La razón es muy sencilla, lo tienen todo, pero uno de los 9 torneos de la categoría tendría que bajarse del tour para ceder su lugar, no hay otra forma por el momento. Esperemos que MexTenis pueda seguir manteniendo este nivel tan reconocido, pues esta semana se dio a conocer, que al igual que la Fórmula 1 y la Selección Mexicana, la organización dejó de contar con el apoyo del gobierno con la marca MÉXICO como patrocinadora, pues la inversión que provenía del fondo del fomento al turismo se utilizará para la construcción del Tren Maya. A pesar de estos obstáculos que están sufriendo los eventos deportivos en nuestro país, seguramente el Abierto Mexicano por lo menos sabrá como reinventarse.
