El llamado sindicalismo independiente, empezando por el gremio que agrupa a los trabajadores de VW y Audi, empezaron con el pie izquierdo en la era del régimen de la cuarta transformación.
Desde el gobierno federal, con el ascenso de Morena y aliados al gobierno de la República, han encontrado en el viejo corporativismo cardenista, la oportunidad de arrebatarle el poder a las centrales obreras dominadas por el “sector obrero” del PRI.
Dicho de otra manera, los sindicatos de la industria automotriz agrupados en la UNT y el sindicato minero de Napoleón Gómez Urrutia, buscan pasar del corporativismo sindical priista a otro similar, “nacionalista”.
Desde el poder político federal se ha diseñado una estrategia para desmontar el férreo control sindical de sindicatos y centrales obreras del PRI, con la formación de una central obrera alternativa, capaz de pelear el control del Congreso del Trabajo.
Pero el sindicalismo nacionalista corporativo de la cuarta transformación empezó con el pie izquierdo, por el “salvador” del sindicalismo del “pueblo bueno”, el líder vitalicio del sindicato minero y actual senador de la república, Napoleón Gómez Urrutia.
Uno de los aliados de “napito” en Puebla es el ex líder del sindicato de la Industria Automotriz Volkswagen, José Luis Rodríguez, con amplia influencia en las dirigencias actuales de los sindicatos de las plantas armadoras de las firmas alemanas, VW y Audi, además de la influencia en sindicatos de empresas de autopartes.
Así como ocurre con Rodríguez, en cada entidad el senador y líder minero construye la red de dirigentes de sindicatos y centrales obreras para fundar una nueva central obrera hegemónica que desplace a centrales sindicales como la CTM y CROC, por mencionar las más importantes.
Lo ocurrido en las empresas maquiladoras de Reynosa, Tamaulipas, donde los sindicatos paralizaron la industria con huelgas en demanda de 20% de incremento salarial y 32 mil pesos de bono anual, responde a esta estrategia diseñada desde el gobierno de la 4T.
La influencia del senador Ricardo Monreal Ávila, alentando el conflicto laboral en la ciudad fronteriza, y la “ausencia” de la titular de la STPS, es solo un botón de muestra de cómo se construye el nuevo sindicalismo corporativo de la 4T.
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