Las piedras protectoras han sido veneradas a lo largo de la historia por su capacidad para bloquear influencias indeseadas y promover un ambiente positivo. Gracias a Gloria Garrido, experta en esoterismo y artes adivinatorias, y Didi Daze, astrólogo, exploraremos las mejores piedras protectoras, su significado y propiedades, así como diferentes formas de usarlas en nuestra vida diaria y en nuestro hogar. Desde amuletos que atraen amor hasta cristales que curan heridas emocionales, estas piedras tienen un poder mucho más fuerte del que podamos imaginar.
A lo largo de la historia, las piedras protectoras han sido un eje central en sociedades como Grecia y Roma, la Edad Media y el Renacimiento. De hecho, or poner un par de ejemplos, filósofos como Teofrasto y Plinio el Viejo estudiaron las propiedades curativas de varias piedras y sus aplicaciones en el campo de la salud. Además, el chamanismo, la medicina tradicional china y el hinduismo gran importancia a este tipo de piedras, cuyo impacto sigue vigente en nuestros días.
De acuerdo con Didi Daze, "las piedras protectoras son cristales que tenemos la capacidad de utilizar como escudos energéticos. Creemos que estas piedras absorben, transmutan o bloquean las energías negativas, creando una barrera protectora alrededor de nosotros. En la astrología y el esoterismo, consideramos que cada piedra tiene propiedades únicas que pueden influir en diferentes aspectos de nuestras vidas, desde la salud hasta la paz mental".
Por su lado, Gloria Garrido añade que "las piedras preciosas y las joyas han sido, a lo largo de la historia, mucho más que un simple adorno. Ya sea en su estado más natural conocida como turmalinas o talladas han sido siempre muy consideradas como transmisoras de energía protectora, mística o curativa".
Pese a que cada piedra transmite una energía única, Daze subraya que "entre las propiedades más comunes, encontramos la protección contra el estrés, la mejora en la claridad mental y el fortalecimiento de la intuición. Es como tener un pequeño escudo cósmico en nuestro bolsillo o en nuestro hogar".
En su exhaustiva explicación, la experta en esoterismo y artes adivinatorias detalla que "fraguadas durante siglos en el horno de la Madre Tierra, cuando incluimos piedras protectoras en nuestras vidas somos partícipes del depósito de energía que la luz radiante del Sol junto a la fuerza vivificadora del viento y del agua han ido almacenando en estos frutos terrestres. Se atribuye tradicionalmente por ello a las turmalinas y piedras preciosas dos tipos de energía, proyectiva o protectora contra todo tipo de negatividad. O energía receptiva capaz de calmar la mente, relajar, estimular la sabiduría, el misticismo y la espiritualidad". En definitiva, "de atraer paz".
La experta no duda en hacer hincapié en que "las piedras proyectivas son brillantes, eléctricas, poseen energías vigorosas que no solo apartan el mal y destruyen la enfermedad, también fortalecen la mente consciente e infunden coraje y determinación a quien las lleva. Estimulan la energía física, atraen suerte y éxito. Algunos ejemplos de piedras proyectivas son el rubí, el diamante, el topacio o la rodocrosita".
Por otro lado, explica que "las piedras receptivas no son tan eléctricas, sus colores son menos brillantes, pueden ser verdes, azules, grises, rosadas, negras o blancas. También pueden ser transparentes como el cuarzo blanco o estar agujereadas. Estas piedras estimulan la comunicación entre la mente consciente y la inconsciente y permiten el desarrollo de la conciencia psíquica. Además, las energías que irradian atraen el amor, la amistad, la curación, el dinero. Algunos ejemplos de piedras receptivas son la piedra de luna, el aguamarina, la esmeralda, el cuarzo rosado, el lapislázuli".
El color de la piedra es un factor clave para diferenciar qué tipo de energía contiene. "Los colores de las piedras son un código que revela sus poderes, pues cualquier color posee un tipo de energía única que dirige su efecto sobre nuestra mente", desvela Gloria Garrido. Gracias a algo tan fácil de ver como su color, los menos expertos podemos comprobar su esencia.
Las piedras preciosas y semipreciosas de color anaranjado, como la cornalina, aventurina, citrino y ópalo de fuego, son conocidas por estimular la inspiración y aumentar la autoestima. Asimismo, atraen la suerte a quienes las portan. En el ámbito amarillo, las piedras como el topacio, la turmalina amarilla y la fluorita amarilla ayudan en la comunicación, favorecen la escritura y facilitan discursos en público. También regulan el sistema nervioso, lo que las convierte en aliadas para aquellos que desean viajar y socializar con mayor facilidad.
"Las piedras blancas, como la piedra lunar y el cuarzo blanco, están vinculadas al sueño y al poder psíquico, promoviendo la confianza y disminuyendo el miedo"
El azul es el color de la paz y la calma emocional. Piedras como el lapislázuli, la aguamarina, el cuarzo azul y la turquesa son muy eficaces para detener las pesadillas y pueden utilizarse durante un baño para purificar el agua. Antiguamente, se creía que estas piedras ayudaban a reducir el dolor físico. En contraste, las piedras blancas, como la piedra lunar y el cuarzo blanco, están vinculadas al sueño y al poder psíquico, promoviendo la confianza y disminuyendo el miedo. Históricamente, se utilizaban para estimular la lactancia y aliviar dolores de cabeza.
Las piedras negras, como el azabache, el jaspe negro y la aventurina negra, simbolizan la estabilidad y ayudan a mantener los pies en la tierra, además de ofrecer protección contra la envidia. En cuanto a las piedras púrpuras, asociadas al misticismo y la purificación, se recomiendan para la meditación y el alivio de enfermedades mentales. Las piedras rojas, como el rubí y el granate, son consideradas protectoras que fortalecen el cuerpo y la voluntad. Finalmente, las piedras rosadas, como la turmalina rosada, y las verdes, como la esmeralda, atraen amistad, paz, creatividad y prosperidad en los negocios.
"Todas las piedras semipreciosas o preciosas tienen el poder de alejar energías negativas en general, si bien algunas de ellas han sido las preferidas tradicionalmente", relata Garrido. La experta recomienda varios nombres propios que nos pueden ayudar a lidiar con las energías negativas.
Más allá de las anteriormente citadas, Daze añade otra serie de piedras protectoras que recomienda tener cerca.
"Algunas piedras preciosas o semipreciosas son más idóneas que otras para potenciar la sabiduría o alejar ataques psíquicos a causa de la envidia de otras
personas", relata Garrido. El lapislázuli estimula la bondad y mejora nuestra condición física, espiritual, psíquica y emocional creándooslos un escudo contra todo tipo de envidia. En la cultura mediterránea, al Coral se le atribuía la propiedad de disipar pensamientos oscuros, depresión o ira, y de otorgar prudencia y sabiduría.
Por otro lado, el Jade es una piedra sagrada en Extremo Oriente por encarnar las cinco virtudes cardinales: caridad, modestia, valor, justicia y sabiduría. Fortalece nuestras facultades mentales. Solo meditar contemplándolo puede ayudar a penetrar en la raíz de un problema y encontrar la solución. El rubí fortalece el sistema de defensa psíquica del cuerpo cuando se lo usa. Colocado bajo la almohada protege contra las pesadillas. El Zafiro otorga paz y templa el enojo. Gloria remarca que "los zafiros en forma de estrella son más poderosos".
Al igual que sucede con otros amuletos, las piedras protectoras deben estar perfectamente limpias para lograr los efectos deseados. "Antes de utilizarlas conviene sumergirlas en agua con sal durante al menos veinticuatro horas o exponerlas a la luz del sol para limpiarlas de cualquier negatividad que pudieran haber adquirido en el trasiego comercial de su existencia", sugiere Gloria Garrido. También, "previamente a su uso como joyas o amuletos, se las puede sostener en la mano derecha y concentrarnos en la energía con la que queremos cargarla, protección, atraer dinero, amor, amistad, salud, etc.". Estos sencillos pasos pueden generar una gran diferencia.
Una vez que las piedras están listas para ofrecer todo su potencial, es clave usarlas de la mejor manera posible. Las piedras preciosas y semipreciosas, como rubíes, amatistas, esmeraldas, topacios y zafiros, potencian sus propiedades al ser engarzadas en anillos de plata u oro, especialmente en los dedos anular o índice de la mano derecha, atrayendo el amor. Las pulseras de granate y turquesa en la muñeca izquierda curan heridas físicas y psíquicas. Los colgantes de cuarzo, ágata y piedra de luna aumentan la capacidad de sueños premonitorios. Los collares de ojo de tigre y malaquita protegen contra la pobreza y separaciones. Finalmente, los pendientes con esmeraldas y corales alejan enfermedades y atraen un buen matrimonio.
Más allá de usarlas como amuletos en collares, anillos o pulseras, las piedras protectoras también ejercen su fuerza en el hogar. En estos casos, este tipo de piedras se colocan en la entrada para bloquear energías negativas, en dormitorios para fomentar paz, y en espacios de reunión como salas de estar para armonizar. Además, también funcionan en escritorios para fomentar la concentración. Aquellas que sigan una pauta de meditación en su vida, pueden notar los efectos positivos las piedras protectoras púrpuras, como ya hemos comentado previamente.
Sin lugar a dudas, el hogar es un espacio repleto de energías y cada espacio agradece la presencia de ciertos amuletos. "Hay piedras que a las que se ha atribuido un gran poder desde tiempos remotos para ahuyentar el peligro y los riesgos del hogar", señala Garrido. Entre las más populares se encuentran las siguientes.
Las piedras protectoras nos acompañan en nuestro camino, brindando energía positiva y protección. Integrar su poder en nuestras vidas puede suponer un cambio relevante en nuestro día a día.