Que, con todo lo que le han llovido encima desde el pasado junio, haya en toda la península Ibérica un solo periodista deportivo que pretenda hacerse de nuevas porque, por primera vez desde que regresó a España, Rafa Benítez cayera ayer en la tentación de no hablar por una vez de fútbol en una rueda de prensa sino de la evidentísima campaña que existe contra él, del acoso que sufre el Real Madrid Club de Fútbol y de la persecución, con insultos personales por medio, hacia su presidente, es como si alguien hiciera una reserva en el Kabuki Wellington y,a la hora de pedir el menú, se sorprendiera porque de entrante le pusieran sunomono moriawase en vez de unos sabrosos torreznitos de Soria.
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