El tiburón de Groenlandia es una de las criaturas más longevas del planeta, con estimaciones que sugieren que puede vivir más de 500 años. Un reciente estudio ha proporcionado información clave sobre los mecanismos genéticos que le permiten alcanzar esta extraordinaria longevidad, lo que podría tener implicaciones importantes para la investigación en salud humana.
Los investigadores secuenciaron el ADN de un tiburón capturado y posteriormente liberado, identificando el 86,5% de su genoma codificante. En comparación con especies de vida corta, estos tiburones tienen más copias de genes asociados a la respuesta inmune y la estabilidad celular, lo que podría explicar su extraordinaria longevidad.
El estudio destacó la importancia de la vía NF-κB, un mecanismo molecular clave para la regulación de la proliferación celular, la reparación del ADN y la respuesta inmunológica. Esta vía está directamente relacionada con la reducción de la inflamación, un factor determinante en el envejecimiento y el desarrollo de enfermedades como el cáncer.
Además, se detectaron genes que inhiben la propagación de células cancerosas y fortalecen el sistema inmunológico. Gracias a estas adaptaciones genéticas, estos tiburones pueden alcanzar edades que superan los cinco siglos, con una madurez reproductiva que no llega hasta los 150 años.
Comprender los mecanismos biológicos que permiten la longevidad del tiburón de Groenlandia podría aportar información clave para la investigación científica en salud humana. Si se logran aplicar estos conocimientos a la medicina, podría abrirse la puerta a nuevas estrategias para combatir enfermedades relacionadas con el envejecimiento.
Por otro lado, este hallazgo también destaca la importancia de la conservación de esta especie, cuya lenta reproducción la hace vulnerable a los cambios ambientales y la acción humana. Futuros estudios podrían proporcionar datos adicionales sobre cómo proteger a estos tiburones y, al mismo tiempo, profundizar en la ciencia del envejecimiento.
