California enfrenta una de las peores crisis por incendios forestales de los últimos años. En la madrugada del miércoles 8 de enero de 2025, múltiples incendios arrasaron zonas residenciales y áreas naturales en el área metropolitana de Los Ángeles y el condado de Riverside. Las autoridades han confirmado hasta el momento la muerte de dos personas, decenas de heridos y más de 1.000 estructuras destruidas, lo que llevó al gobernador Gavin Newsom a declarar el estado de emergencia.
La combinación de vientos de Santa Ana, que superaron los 129 km/h, y la falta de lluvias ha agravado la propagación de las llamas. Miles de bomberos luchan contra al menos cuatro incendios activos: el incendio Palisades, el Eaton, el Hurst y el Tyler, este último en el condado de Riverside.
La velocidad y ferocidad de las llamas tomaron por sorpresa a miles de residentes, especialmente en zonas como Pacific Palisades, donde las carreteras quedaron colapsadas. Muchas personas abandonaron sus vehículos y huyeron a pie con sus pertenencias y mascotas.
Kelsey Trainor, residente afectada, describió la escena como “una pesadilla”, mientras que Sheriece Wallace contó cómo apenas tuvo tiempo de escapar tras notar las llamas cerca de su casa: “Tan pronto como abrí la puerta, sentí el calor que me hizo retroceder”.
PUEDES VER: Licencia de conducir sin examen teórico en California: estas personas no necesitarán dar la prueba según DMV
El incendio Franklin, que ya estaba activo en Malibú desde el martes, obligó a la evacuación de 22.000 personas y destruyó al menos 16 viviendas. A pesar de los esfuerzos, la contención de las llamas avanza lentamente.
Más de 80.000 personas han sido evacuadas, mientras que cerca de 200.000 residentes permanecen sin electricidad. Las imágenes de viviendas destruidas, carreteras colapsadas y cielos teñidos de rojo han dejado una profunda marca en la comunidad.
La recuperación será larga y costosa, y la amenaza de nuevos incendios sigue latente. California enfrenta no solo la reconstrucción de las zonas afectadas, sino también el desafío de implementar estrategias efectivas para prevenir futuras catástrofes de esta magnitud.