El recuento de libros peruanos del 2024 de La República fue muy comentado. A ese recuento le faltaron quince o veinte libros más. Como señalamos en la referida nota, ninguna selección deja contenta a la platea. Es como hacer una antología, forjar una que sea perfecta es imposible, pero sí es verosímil elaborar una en donde no sobre ninguno de los autores/libros consignados.
De las varias conclusiones que se pueden sacar del recuento, hay que saludar la consolidación del sello Personaje Secundario, dedicado a la poesía. Este sello, junto a otros de corte independiente como Taller Editorial La Balanza, Intermezzo Tropical y AUB, por ejemplo, no solo oxigenan con su propuesta al circuito poético local, sino también le brindan un aire de seriedad que hasta hace muy poco no veíamos en otras editoriales independientes dedicadas a la difusión de la poesía, las cuales cargaban con serios cuestionamientos que no vamos a detallar.
Por otra parte, alrededor de las grandes editoriales se cuecen muchas controversias, la principal de ellas: lo que publican no tiene calidad y en esta base a esta idea se escriben los más variopintos discursos justicieros y reivindicatorios. Tampoco vamos a negar que no pocos títulos, de corte literario, de Penguin Random House y Planeta, terminan en el olvido por precisamente malos, por no transmitir lo que se jura en el texto de contraportada, y mucho menos vamos a negar, a menos que se sea demagogo, que el mismo escenario de libros malos/olvidables del mismo modo se da en el circuito independiente.
No se trata de una guerra entre libertinos y castos, el único filtro, así estés en una editorial grande o pequeña, es la calidad.
Por insistencia y cantidad, las grandes casas editoriales son las que ponen más títulos de interés. De las editoriales independientes tenemos buenos títulos, pero como su producción es espaciada, no publican la cantidad que quisieran. Además, varias veces han marcado la hora, como cuando salió El espía del Inca de Rafael Dumett mediante Lluvia Editores en el 2018, por citar un caso reciente y significativo.
Penguin Random House y Planeta llevan años librando una competencia natural. Una casa editorial gana, la otra pierde, a veces empatan… Pero lo que se ha visto este 2024 que acaba de pasar es una paliza de Penguin a Planeta a nivel de catálogo literario, pese a que Planeta publicó el mejor cuentario, Tanta vida yo de ti de Fernando Ampuero, y otros títulos de valía de los que hemos dado cuenta en La República. El catálogo de Penguin se ve más sólido (sin tomar en cuenta a Vargas Llosa: catálogo no es lo mismo que fondo editorial), más coherente en su estructura y más ordenado en su presentación. No hay mucho que discutir de lo que se vio.
Si bien Penguin puso no pocos títulos (ficción y no ficción) entre lo más destacado del 2024, no dejó de publicar el libro de ficción más flojo de la temporada. Como ya se sabe, Penguin inscribió en su catálogo a Karina Pacheco, quien era la autora estrella de Planeta (a todas luces, un golpe duro; es parte del negocio). Aunque Penguin, igualmente, le hizo un favor a Planeta: se llevó después al autor más débil de su catálogo.
Como en su momento indicamos en La República, Penguin y Planeta se encuentran disputando la edición de la segunda parte de los diarios de Julio Ramón Ribeyro. El presente editorial de Penguin es un importante punto a favor para que los diarios de Ribeyro se publiquen con este grupo editorial. Pero hay un problema: ¿cómo presentar la segunda parte de los diarios si La tentación del fracaso ya se conoce, en el imaginario en castellano, con Seix Barral de Planeta?
Este proyecto diarístico merece un diálogo editorial que vaya acorde con la sensibilidad de su autor. Ribeyro puso su mundo íntimo en este proyecto de vida. No se vería bien si esta segunda parte de los diarios sale con un sello distinto al de la primera, a menos que La tentación del fracaso (primera parte) pase a Penguin. Esta situación hace atractivo al sello Seix Barral para que siga siendo la casa de los diarios de Ribeyro. Nada está dicho. Más allá de cuál sea la editorial escogida, pasará un tiempo prudencial para tener en manos la esperada continuación de La tentación del fracaso.
Dejando de lado disputas editoriales, subrayemos el catálogo que viene armando Peisa. En el recuento de La República, ubicó dos títulos entre los más importantes en no ficción y novela: Desde la hondonada de Alfredo Bryce y Vocación de Luis Hernán Castañeda. No se trata de flor de un día. Desde mediados del 2023, Peisa viene consolidando una lista sólida de autores, teniendo como pico la publicación de Destino: vagabunda de Carmen Ollé. El 2024 fue año positivo para Peisa, un calco de cómo marcaba la hora editorial en los 90. No es halago, es descripción.